El Miedo a La Muerte – Terapia de Vidas Pasadas

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El Miedo a La Muerte – Terapia de Vidas Pasadas

Enviaremos Espíritus Para Que Les Ayuden

Usted sabe mucho más que los demás y como comprende muchas cosas, debe aprender a ser paciente con ellos. No debe desperdiciar su energía intentando hacer lo que no puede hacer. Enviaremos espíritus para que les ayuden dijo uno de los sabios

Puesto que todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, El está dentro nuestro y por lo tanto nuestro estado natural es el amor, la paz, el equilibrio y la armonía.

En el transcurso de nuestras vidas humanas acumulamos miedo, rabia, envidia tristeza, inseguridad y muchos otros sentimientos negativos que debemos aprender a desprender de nosotros para así poder volver a descubrir nuestra hermosa naturaleza interior

No tenemos que aprender qué es el amor el equilibrio y la paz porque eso ya lo sabemos desde siempre, pero como nos hemos acostumbrado a las emociones negativas tendemos a olvidarnos que somos almas puras e inmortales.

Somos como diamantes cubiertos de barro. Puede ser que no resultemos demasiado atractivos a simple vista, pero lo que importa es lo de adentro.

Pero nos hemos acostumbrado al dolor y al estrés y tal como ya explico The New England Journal of Medicine que es considerada la mejor revista médica de los Estados Unidos, el estrés libera hormonas y productos químicos  que terminan dañando a nuestros órganos, cambia nuestro ritmo cardíaco, la presión arterial, y los niveles de azúcar en sangre

Por otra parte como el estrés deprime el funcionamiento natural de nuestro sistema inmunológico, eso reduce nuestra capacidad de lucha contra las infecciones y las enfermedades.

Nuestra sociedad nos suele llevar a creer que para que nuestra vida se vuelva maravillosa debemos encontrar a la persona que queremos encontrar, pero la verdad es que mucho más importante que encontrar a la persona que queremos es aprender a ser la persona que queremos ser.

En realidad estamos tan acostumbrados a clasificar a todas las personas que conocemos, que ya ni siquiera nos damos cuenta de que lo hacemos. Y las clasificamos de acuerdo con nuestra fantasía y con las normas que elegimos aplicar, aún cuando esas personas no sepan cuáles son

Y por eso algunas veces nos encontramos con personas que se enfadan con nosotros porque hemos defraudado SUS expectativas. Aún cuando esas expectativas pudieran ser imposibles de lograr o no fueran compartidas por nosotros.

Cierta vez una paciente contó que su madre siempre estuvo muy molesta porque su hija no era rubia, y la verdad es que las heridas que provocan las expectativas frustradas de los padres no siempre son fáciles de curar

En realidad lo ideal es que no nos importe demasiado lo que los demás piensen de nosotros.

Los muros que levantamos a nuestro alrededor cuando nos sentimos amenazados emocionalmente son en realidad muros  provocados por el miedo, el miedo al rechazo, a que no nos quieran o a que nos hagan daño, y entonces muchas veces rechazamos antes de ser rechazados para así evitar el rechazo. Pero eso a lo cual le tenemos tanto miedo no necesariamente tiene que suceder

Durante un taller en Suramérica una mujer dijo:

Yo siempre he sabido que me iba a morir a los cuarenta y dos años, ya que soñaba con ello una y otra vez. Y una amiga a la cual se lo conté me recomendó que leyera el libro Muchas Vidas Muchos Sabios, ya que cuanto más me acercaba a la edad fatídica, más miedo a morirme tenía.

Cuanto más leía el libro más respuestas descubría  y poco a poco me fui relajando al darme cuenta que en realidad esos sueños que siempre había tenido, no eran una predicción del futuro, sino un recuerdo de una de mis vidas anteriores.

Y después de leer el libro y comprender que somos almas inmortales que solo pasamos de un cuerpo a otro para evolucionar espiritualmente, cuando me encontré con mi amiga del alma, me dijo que me veía como si me hubiera sacado un enorme peso de encima.

Recuerda que siempre eres querido, que siempre te encuentras protegido y que nunca estás solo. Tú no eres tu cuerpo ni tu cerebro y ni siquiera tu mente. Tú eres un alma inmortal y solo debes aprender a despertar para recordar quién eres.

Con mis mejores deseos

Dr. Roberto A. Bonomi